
"En las condiciones ordinarias de lo que llamamos nuestra vida civilizada, la situación de un hombre, aun inteligente, que busca el conocimiento y su propio desarrollo, seria realmente desesperada si no existiese la posibilidad de un cuarto camino..."
"El cuarto camino no exige que uno se retire del mundo, no exige que uno abandone todo aquello por lo que se ha vivido hasta el momento, pero es necesario estar preparado para entrar en el cuarto camino, y esta preparación, que es de las más serias, tiene que adquirirse en la vida ordinaria y aplicarla sobre muchos lados diferentes."
"Un hombre que quiere seguir el cuarto camino tiene que reunir en su vida condiciones favorables al trabajo, o por lo menos aquellas que no lo hagan imposible; porque es necesario convencerse de que tanto en la vida exterior como en la vida interior, ciertas condiciones pueden constituir barreras infranqueables para el cuarto camino."
"El método del cuarto camino es el siguiente: mientras uno trabaja sobre el cuerpo físico, hay que trabajar simultáneamente sobre el pensamiento y sobre las emociones; mientras uno trabaja sobre el pensamiento hay que trabajar sobre el cuerpo físico y las emociones; mientras se trabaja sobre las emociones, hay que trabajar sobre el pensamiento y sobre el cuerpo físico. Lo que permite llegar a esto es que en el cuarto camino es posible hacer uso de un cierto saber, inaccesible en los caminos del faquir, del monje y del yogui. Este saber proporciona la posibilidad de un trabajo en las tres direcciones a la vez. Toda una serie de ejercicios paralelos sobre los tres planos, físico, mental y emocional, sirven a esta meta."
"En el cuarto camino es posible individualizar el trabajo de cada uno; dicho de otro modo, cada uno no debe hacer sino lo que le es necesario, y nada de lo que no tiene utilidad para él. Porque el cuarto camino pone de lado todo lo superfluo que se mantiene en los otros caminos simplemente por rutina."
"Cuando un hombre alcanza la voluntad por el cuarto camino, se puede servir de ella, porque ha adquirido el control de todas sus funciones físicas, emocionales e intelectuales. Y por añadidura, ha ahorrado mucho tiempo al trabajar a la vez, paralelamente, sobre los tres lados de su ser."
"El cuarto camino, contrariamente al del faquir, al del monje y al del yogui, no tiene una forma definida. Ante todo, tiene que ser hallado. Es la primera prueba. Y es difícil, porque el cuarto camino es mucho menos conocido que los otros tres caminos tradicionales. Son numerosas las personas que nunca han oído hablar de él o que niegan simplemente su existencia o aun su posibilidad."

EL CUARTO CAMINO: EL CAMINO DEL HOMBRE LADINO O ASTUTO
"A veces al cuarto camino se le llama el camino del hombre ladino. El «hombre ladino» conoce un secreto que no conocen el faquir, el monje ni el yogui. Cómo ha aprendido este secreto el hombre ladino - nadie lo sabe. Quizás lo ha encontrado en un libro antiguo, quizás lo ha heredado, quizás lo ha comprado o a lo mejor se lo ha robado a alguien. No importa. El hombre ladino conoce el secreto y con su ayuda, deja muy atrás al faquir, al monje y al yogui."
"Entre los cuatro, el faquir es el que actúa de la manera más tosca; sabe muy poco, y comprende muy poco. Supongamos que después de un mes de torturas intensivas, llega a desarrollar cierta energía, cierta substancia que produce en él cambios definidos. Esto lo hace absolutamente en la oscuridad, con los ojos cerrados, sin conocer ni la meta, ni los métodos, ni los resultados, por simple imitación. El monje sabe un poco mejor lo que quiere; lo guía su sentimiento religioso, su tradición religiosa, un deseo de realización, de salvación; tiene fe en su maestro que le dice lo que debe hacer y cree que sus esfuerzos y sacrificios «complacen a Dios». Supongamos que en una semana de ayuno, de oraciones continuas, de privaciones y penitencias, llega a alcanzar lo que el faquir no ha podido desarrollar en sí mismo sino en un mes de torturas. El yogui sabe mucho más. Sabe lo que quiere, sabe por qué lo quiere y sabe cómo lo puede alcanzar. Sabe, por ejemplo, que para arribar a sus fines, tiene que desarrollar en él cierta substancia. Sabe que esta substancia se puede producir en un día, a través de cierta clase de ejercicio mental o a través de concentración intelectual. De este modo, fija su atención sobre un ejercicio por un día entero, sin permitirse una sola idea ajena, y así obtiene lo que necesita. De esta manera, en sólo un día, un yogui llega a lo mismo que llega el monje en una semana y el faquir en un mes."
"Pero en el cuarto camino, el conocimiento es aún más exacto y más perfecto. El hombre que lo sigue conoce con precisión qué substancias necesita para alcanzar sus fines y sabe que estas substancias pueden ser elaboradas en el cuerpo por un mes de sufrimiento físico, una semana de tensión emocional o un día de ejercicios mentales - y también, que estas substancias pueden ser introducidas desde afuera en el organismo, si se sabe cómo arreglárselas. Y así, en lugar de perder un día entero en ejercicios como el yogui, una semana en oraciones como el monje o un mes en suplicios como el faquir, el hombre que sigue el cuarto camino se contenta con preparar y engullir una pequeña píldora que contiene todas las substancias requeridas y de esta manera sin pérdida de tiempo obtiene los resultados deseados."